Cómo cumplir con la Ley de Denuncias 2/2023
Francesco Zambon, científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se convirtió en denunciante de irregularidades al sacar a la luz graves deficiencias en la preparación de Italia ante una pandemia durante las primeras fases de la crisis del COVID-19. Su valiente postura frente a las presiones internas de la OMS sacó a la luz las dificultades a las que se enfrentan los denunciantes cuando se enfrentan a las autoridades italianas. Su valiente postura frente a las presiones internas de la OMS sacó a la luz las dificultades que afrontan los denunciantes cuando se enfrentan a instituciones poderosas, y la necesidad mundial de mejorar la protección de los denunciantes.
Zambon recibió el encargo de dirigir un equipo para elaborar un informe sobre la respuesta de Italia a la pandemia de coronavirus. Italia había sido el primer país europeo en enfrentarse de lleno al COVID-19, y el informe de Zambon pretendía servir de guía para otros países que se prepararan para sus propios brotes. El informe, que se publicó en el sitio web de la OMS en mayo de 2020 y se retiró en 24 horas, ponía de manifiesto un fallo crítico: Italia no había actualizado su plan pandémico desde 2006, con lo que el país no estaba preparado para gestionar el brote con eficacia. El plan anticuado y la falta de preparación, según el informe, contribuyeron al desbordamiento del sistema sanitario italiano y a miles de muertes evitables.
La retirada del informe desató una preocupación generalizada por la transparencia y la rendición de cuentas. Zambon reveló posteriormente que Ranieri Guerra, un alto funcionario de la OMS que había trabajado anteriormente en el Ministerio de Sanidad italiano, le había presionado para que modificara las conclusiones, en particular la referencia al obsoleto plan de pandemia. Guerra, que había sido responsable de la actualización del plan de Italia durante su mandato, tenía un claro conflicto de intereses en el contenido del informe. A pesar de las denuncias internas de Zambon sobre esta presión contraria a la ética, la OMS no inició una investigación y no se adoptó ninguna medida correctiva.
La negativa de Zambon a acceder a la exigencia de modificar el informe le colocó en una posición cada vez más precaria. Su papel en la OMS se hizo profesionalmente insostenible debido al aislamiento, la degradación y la falta de apoyo. En diciembre de 2020, después de meses de ser ignorado internamente, Zambon hizo pública su historia, hablando sobre la presión a la que se había enfrentado para ocultar información vital. Dimitió de la OMS en marzo de 2021, alegando que la situación era profesionalmente insoportable. Su caso se convirtió en un símbolo de la necesidad de una sólida protección de los denunciantes, especialmente en instituciones mundiales como la OMS.
La dimisión de Zambon y sus posteriores declaraciones públicas suscitaron importantes dudas sobre el compromiso de la OMS con la transparencia y su capacidad para gestionar eficazmente las denuncias internas. Su caso demostró cómo figuras poderosas de grandes organizaciones pueden suprimir información vital, con consecuencias desastrosas. En el caso de Zambon, la supresión del informe puede haber obstaculizado la capacidad de Italia para aprender de sus errores en la preparación ante una pandemia y retrasado que se compartieran ideas similares con otras naciones.
Las consecuencias de las revelaciones de Zambon también tuvieron ramificaciones jurídicas y políticas. Sus revelaciones contribuyeron a una investigación más amplia en Italia, especialmente en la provincia de Bérgamo, donde los fiscales iniciaron investigaciones sobre cómo el hecho de que el gobierno no actualizara su plan pandémico afectó a la respuesta temprana al virus. Surgieron acusaciones de que Italia había engañado a la OMS sobre su preparación para una pandemia pocas semanas antes del primer caso de COVID-19 transmitido localmente. Esto consolidó aún más la importancia de las denuncias de Zambon tanto para la salud pública italiana como para la respuesta mundial a las pandemias.
A pesar del apoyo de organizaciones de la sociedad civil, como Transparencia Internacional y Whistleblowing International Network, las peticiones de protección de Zambon fueron rechazadas inicialmente. La OMS no lo reconoció como denunciante, lo que le habría dado derecho a salvaguardias contra represalias. En 2022, la Junta Mundial de Apelación de la OMS acabó concediendo a Zambon daños morales y honorarios de abogados, reconociendo la mala gestión de su caso. Sin embargo, la respuesta de la organización siguió siendo insatisfactoria, y continuaron las peticiones de una investigación completa de las represalias contra él.
La historia de Francesco Zambon pone de relieve la importancia de garantizar la rendición de cuentas en las grandes organizaciones internacionales como la OMS. Su actuación puso de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan quienes defienden la verdad frente a la presión institucional. Las consecuencias de silenciar a los denunciantes, sobre todo en asuntos de salud pública, pueden ser graves, como demostró la pandemia de COVID-19. El caso de Zambon sigue siendo muy impactante. El caso de Zambon sigue siendo un poderoso recordatorio de la necesidad de reforzar la protección de quienes denuncian en interés de la seguridad pública y la transparencia.
En la actualidad, Zambon sigue abogando por la reforma de la OMS y de otras instituciones, presionando para que se introduzcan cambios que impidan las represalias contra los denunciantes en el futuro. En 2024, su caso contra la OMS está siendo examinado por el Tribunal Administrativo de la Organización Internacional del Trabajo (TAOIT), y se espera una decisión a principios de 2025. Su caso también ha reavivado el debate mundial sobre la protección de los denunciantes, poniendo de relieve que denunciar no debe ser a costa del aislamiento profesional o del riesgo personal. Mientras el mundo reflexiona sobre las enseñanzas extraídas de COVID-19, el papel de los denunciantes como Francesco Zambon en la protección de la salud pública sigue siendo más crucial que nunca.
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